He detenido la corriente de los tiempos
He usurpado la casa de la nada
He fumado los grandes libros escritos en oro
He traspasado las puertas de la conciencia
He entregado monedas por mis almas que no
alcanzan
He hecho mundos imbéciles
He tragado la inmundicia de la
inteligencia...
porque me he vestido con ropas de ruidosos
labios
y no he sacado la basura de mis bolsillos
flacos.
Pero un día caminaré por el carnaval de una
calle
alguno me mirará sin rostro, y mi deformidad
sin risa ni mueca
masticará el aire pero no podré cantar ni
bailar mis poemas rotos
pues mi saliva no tiene el puro sabor de las
cosas,
de las indecibles y de las otras, las
estrellas y las cacerolas,
las espumas llenarán incandescentes vasos de
curvas bocas,
y mi sed no perecerá nunca...
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